Remanso de cielo
y placidez de lago,
rumor colmenero
en rosa ahuecado,
estrella lejana,
canario de oro...
y aquella paloma
que extiende su mano
y que trae dulzuras
para el ser amado.
La camelia blanca
que liba muy ufano
el colibrí alado.
Un mar encantado,
una playa ardiente,
y una dulce sombra
por siempre presente.
La alborada clara,
el sol de poniente,
la noche embrujada
y el amor presente.
El agua que corre
limpia y transparente
por esos senderos
de un claro torrente.
El cisne adorado,
versos enredados
y la maravilla
de ese real pavo.
El sonido triste
de un violín lejano
y las notas tibias
de un viejo piano.
Así te imagino y así yo te veo,
mas creo que escondes...
que guardas con celo
dentro de tu cuerpo
un volcán de fuego;
una ardiente lava
que ahora descansa,
que duerme en la nada,
que espera tranquila
que llegue el momento
de vivir la vida.
y entonces...entonces...te estaré esperando.
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