miércoles, 18 de abril de 2007

Y TÚ TE DEJABAS HACER - II PARTE



Tu vientre, tu cintura,
pinturas de Rafael...
hicieron que me deslizara
hasta el montículo aquel,
hacia la suave textura
de tus senos, rebosantes
de ansias, de amor y placer
Y degusté con esmero
sus botones sonrosados,
botones que se pusieron
duros, tersos y empinados,
cuando mis labios notaron
transportandote hasta el cielo
¿y tus hombros? ¿y tu cuello?
deleite puro en mis dedos,
en mi lengua, en mis besos,
en mis ardientes anhelos,
en mis ganas de tomarte
y culminar el deseo
que a los dos nos embargaba
Mas tú seguías durmiendo
o soñando, o fingiendo
que dormida te encontrabas
pero siempre sonriendo,
con los ojitos cerrados...
y en la cara el placer,
siempre dejándote hacer,
Por fin...yo me puse encima
cuerpo a cuerpo, piel con piel,
mi falo...junto a tu vagina
y el deseo incontrolado...
por doquier.
Me paseé por tu cuello,
por detrás de tus orejas,
por dentro de tus oídos,
por tu frente, por tus cejas,
por esos benditos ojos...
y me extasié dulcemente
en tus labios ardorosos.
¡Y ya comenzaba el día!
teníamos... deseos ardientes,
el erotismo envolvía
la estancia y todo el ambiente.
¡Oh, Dios! Cómo te deseaba
¡y tú también, no lo niegues!
deseabas... pero no querías.
Me levanto prontamente...
te doy un beso en la frente...
me dirijo hacia el baño, y...
¡me doy una ducha fría!

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