Radiante, anoche estabas radiante,
como esa estrella que en el azul del cielo
brilla fugaz al despuntar la aurora,
como esa luna en cuarto creciente
que nos miraba desde el firmamento
y nos llenaba de una gran ternura.
Yo, me extasiaba de tanto mirarte....
y acariciaba gozoso tu pelo...
para impregnar en mí el aroma
de los efluvios que llevan tu mente
cuando tu cuerpo se encuentra en celo
y la pasión en tu interior asoma.
No quería matar el encanto de placidez
que sentía en mi cuerpo...
al deslizar tu mano en silencio
donde el placer te llena de ensueño,
y al punto...repasé con celo
tu desnudo cuerpo y tu rostro bello.
Mis labios...no tardaron un segundo
en besar con ansias tu tupido vello...
y absorbí con gusto tus ingles...
que enmarcan lo que yo más quiero....
y mi lengua sibelina se paseó sin recato
por el interior oculto de lo que posees.
¡Oh que mujer! tan pura y tan placentera
que se abandona sin miedo a mi pasión encendida...
que sin tardanza se entrega
cuando la beso al oído sin hacer larga la espera.
Eramos dos cuerpos en uno.....
unidos por el delirio que el delicioso deseo
nos transportaba al vacío
y en tu interior....yo sentía....
que tus flujos y mi semen en uno se convertían.
Tú...embriagada de mi amor....
yo un gran éxtasis tenía.
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