Extasiado, contemplé tu cuerpo,
y las yemas de mis dedos
recorrieron delicadamente
esas curvas sinuantes
de tu epidermis desnuda.
no hubo espacio inexplorado,
no hubo cima inalcanzable,
no hubieron miradas esquivas
y sí, mucha fantasía.
Yo devoraba tu esencia,
tú gustabas mis esquinas,
yo acariciaba tus senos,
tú explorabas mis adentros,
y entre los dos…¡el silencio!
Fusionados nuestros sexos,
henchidos de placer inmenso,
fundidos en abrazo intenso
así nos quedamos dormidos…
jurándonos amor eterno.
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