Así, sin avisar,
viniste a regalar
arcoiris a mi vida,
lo trajiste sin pensar,
sin tan siquiera esperar
que yo te llegase a amar.
Fuiste ese cálido soplo,
esa visión transparente,
esa estrella luminosa,
el agua clara que brota
límpida desde la fuente,
repartiendo con amor
alegrías y calor.
Me enamoré de ti…
perdidamente,
e hiciste resurgir
el fuego que un día perdí.
Mas…como nada es perfecto,
como la vida es así,
algo tenía que haber
que impidiese esa unión
del sentir apasionado
de mi alma y tu corazón.
Pero tienes que saber…
que a pesar de los pesares
cruzaré cielos y mares
sortearé avatares,
y esperaré que la vida
ponga en ti esos colores
que me regalaste a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario