miércoles, 11 de abril de 2007

DELICIOSOS PENSAMIENTOS


Muy poco puedo decirte
en este momento aciago,
en este día tan triste...
si yo no estoy a tu lado;
pero queda el pensamiento
y la voluntad ferviente
de transmitir lo que siento
a través de nuestra mente.
Quisiera... que solo pienses
en todas esas caricias
que tan solo hace diez horas
tú me estabas regalando,
y en el torrente de risas
que en esas cuatro horas locas
estábamos saboreando.
Besé con candor tu frente...
tu cabellera dorada...
tu cuello resplandeciente
y tu boca deseada.
Tus labios... me parecían
esa miel que se destila
en el panal de la vida
que guardo para quererte.
¡ Y tus hombros ! vida mía...
mis dos manos recorrian
con suavidad pronunciada
las curvas de su pendiente.

Con ansiedad retenida...
tus pechos yo contemplaba
cual si quisiera grabarlos
dentro...
por siempre en mi mente.
Con un placer infinito
mis manos posé en tus senos
y mis dedos recorrieron
sus pezones chiquititos.
Noté...
como un escalofrío
cuando mi boca sorbía
ese bocado exquisito
que pronto endurecería.
Poco a poco yo sentía
que tu cuerpo respondía
a la excitación creciente
que hacía rato tenía.
Después...
repasé tu vientre...
ya con pasión encendida,
y casile clavé el diente
a tu ombligo, vida mía.
Mas mis labios... de repente...
se posaron en tu pubis
y mi lengua recorría
tu clítoris sobresaliente.
¡ Oh !
qué intenso placer sentía
al notar que en un momento
tu cuerpo se estremecía
también de placer inmerso.

Saboreé con deleite
la savia que desprendía
como si fuese un torrente
por dentro de tu vagina,
y entonces... noté extasiado...
que tu mano introducía
en tu boca alma mía
mi miembro más deseado.
¡ Qué gozo y placer intenso
se siente en ese momento
en que noto que tus labios
se recrean con mi sexo !
¡Qué sensación tan ardiente
hace que por mi recorra,
que cual mágica corriente
cuatro de mis sentidos borra !
Tú...
ya habías tenido un orgasmo,
yo mis ansias retenía,
pues algo tan placentero
no ha de acabar enseguida.
Y controlaba mi mente...
y medía mis deseos...
y una excitación creciente
puso el pene entre tus senos;
¡parecían dos colinas donde se adentra un lucero!.

Poco a poco... lentamente...
me deslizé con esmero
acariciando tu vientre
y eso, que tanto quiero.
ú parecías decirme
que culminase el deseo
que a los dos nos envolvía,
y tus ojos me pedían
de una manera insistente...
¡ entra ya en mi, vida mía !.
Entonces...
con una gran suavidad...
despacio...
recreándome muy ufano...
introduge mi deidad
que con esmero tu mano
se apresuraba a guiar
por tu dulce cavidad.
¿ Sabes bien lo que sentía
en ese momento crucial ?
parece....
que de tu interior fluía
un torrente celestial.
No sé...
cuantos orgasmos tuviste,
pero... mirando tu cara
y esos ojos que pusiste...
parece que te encontrabas
en esa senda dorada
que en tantos sueños viviste.

Al fin....
ya no pude aguantar más,
pues con tu ritmo alocado
es imposible cariño
controlar mi ansiedad;
fué tal mi felicidad...
que al tiempo de descargar
sentí tu flujo explotar.

Cuatro horas de amor intenso,
tan solo....
en esas cuatro horas pienso,
ahora....
que estoy tan tenso.

No hay comentarios: