martes, 24 de abril de 2007

YA SÉ QUE SOÑAR NO CUESTA


Como soñar no nos cuesta,
también yo soñé contigo
en esa playa desierta
un día de luna llena.
Caminábamos descalzos
por encima de la arena
y la espuma de las olas
llegaba hasta nuestra vera.
A lo lejos se escuchaba
una canción placentera,
y en lo alto se veía
el cielo plagado de estrellas

Eran instantes de embrujo
donde las almas se acercan
eran momentos de aquellos
que se quieren y desean.
Nuestros brazos enlazados
en nuestras tibias cinturas,
y el resplandor de la luna
aún te hacía más bella.
El misterio que escondía
la cálida escena aquella,
puso en nuestros corazones
la pasión y la alegría.
Nos tendimos en la arena
besándonos tiernamente
y nuestros cuerpos ardieron
con el alma y con la mente,
y nos quedamos tendidos
sin querer que amaneciera.
Tú, absorbiste mi aroma
y todo el amor de mi fuerza,
yo te robé el corazón
y desdibujé tu espera.

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