¡Oh, amada, dulce amada!
mujer cristalina y pura,
¿si estoy ausente de ti,
que vida puedo llevar?
Podré en tus ojos pensar,
podrás acordarte de mí
con la más dulce ternura,
pero no podré besar
tus lindos labios sabrosos,
y tampoco acariciar
esos cabellos hermosos
ni mirarte fijamente
con todo el amor a los ojos.
Y si tu corazón suspira...
te sentiré muy adentro,
te llevaré en el alma
y escucharé el concierto
de paz y de dulce calma.
Oiré todas tus ansias
y tus claras fantasías
y notaré tus sollozos
tus risas y tus alegrías...
pero no podré abrazarte
ni escucharé de tus labios
tus "te amo" deliciosos.
Podré...
hasta soñar contigo
todas las horas del día,
también podré imaginar
mirando la luna llena,
que a mi lado tú estás...
y volveré a soñar
que paseando contigo
por la orilla de aquél río
o por la fuente divina,
o por la orilla del mar...
volvía contigo a estar.
Mas no podré rodear
con mi brazo tu cintura,
ni un beso te podré robar
debajo de la espesura.
¡Oh, amada, tierna amada!
¿por qué tanto esperar
y estar ausente de ti,
si mi único deseo es...
poderte por siempre amar.
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